Existen muchos tipos de mascarillas para la cara, debemos elegir la más adecuada según nuestro tipo de piel y teniendo en cuenta el momento en el que vamos a usarla. Para elegir la mascarilla adecuada debemos entender bien qué necesidades tiene nuestra piel y el tiempo del que disponemos.
Pese a la gran oferta de mascarillas que existen se pueden dividir en 4 tipos:
- Hidratantes y nutritivas: ideales para todo tipo de pieles, incluso las pieles grasas que muchas veces sufren deshidratación.
- Purificantes: limpian en profundidad los poros, reduciendo la producción de sebo y ayuda a la eliminación de puntos negros. Por lo general, es una mascarilla facial para piel grasa.
- Calmantes: relajan la piel, eliminan las rojeces y suavizan la sensación de tirantez. Son las más aconsejables para pieles sensibles o irritadas.
- Iluminadoras: aportan a la cara un efecto flash inmediato para resaltar el rostro de forma natural y aportar luminosidad.
La mascarilla facial hidratante es la más común y la que forma parte de todas las rutinas faciales, aunque podemos combinarlas, dependiendo de los tipos de piel.