Una rutina desmaquillante correcta suele tener varios pasos, que pueden variar según las necesidades de cada persona y su tipo de piel. Los cuatro pasos generales son:
Limpieza de ojos y labios: Si utilizas maquillaje de ojos o labios, es importante empezar por eliminarlo. Puedes utilizar un desmaquillante específico para estas zonas, como un bifásico para los labios y un desmaquillante de ojos. Aplica el producto en un algodón y deslízalo suavemente por las zonas maquilladas hasta eliminar todo el producto o un gel desmaquillante para ojos y labios con agua.
Limpieza del rostro: A continuación, es momento de limpiar el rostro. Puedes utilizar un limpiador facial que sea adecuado para tu tipo de piel, ya sea en forma de espuma, gel oleche limpiadora. Aplica el producto sobre el rostro húmedo y masajea suavemente con movimientos circulares, prestando atención a las zonas con mayor acumulación de suciedad y maquillaje, como la zona T. Luego, aclara con abundante agua.
Tonificación: Después de la limpieza, es importante equilibrar el pH de la piel y eliminar los restos de suciedad que hayan podido quedar. Para ello, puedes utilizar un tónico facial, que además de ayudar a limpiar la piel, ayuda a calmarla y a prepararla para recibir los tratamientos posteriores.
Hidratación: Por último, es importante hidratar la piel, ya que el proceso de limpieza puede dejarla un poco deshidratada. Utiliza una crema hidratante adecuada para tu tipo de piel y masajea suavemente hasta que se absorba completamente. Como esta crema oxigenante de Farmacia Barcelona
Recuerda que es importante elegir productos que sean adecuados para tu tipo de piel. Además, es recomendable realizar esta rutina desmaquillante todas las noches antes de acostarte, para que tu piel tenga tiempo de regenerarse y recuperarse durante la noche.