Cuidar la piel seca en invierno

En invierno la piel se seca con facilidad. El frío, el viento y las calefacciones dañan la epidermis enormemente, por lo que es necesario tomar las medidas de precaución precisas y cuidar la piel de la mejor manera posible.La doctora Montse Pérez, dermatóloga, aconseja seguir unas pautas determinadas para conservar el buen estado de la piel y evitar que aparezcan escamas o se quiebre.
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Recomendaciones para cuidar la piel

Mantener el equilibrio de la piel para que esté sana e hidratada pasa por adoptar unos hábitos que la mayoría de personas no siguen de forma correcta. Ducharse con agua muy caliente, por ejemplo, no es una buena opción ya que la piel se desengrasa mucho. Otra de las costumbres que debemos tomar por habituales es la de aplicar leche corporal por todo el cuerpo. Una buena crema hidratante esparcida sobre todo por las partes que no contienen glándulas sebáceas constituirá una protección adecuada para la dermis. La doctora Pérez apunta que en la actualidad nos duchamos demasiado y que el frotarnos con jabón zonas como las piernas o los brazos no es recomendable, al menos no tan seguido. No hay más que fijarse en que nuestros antepasados no presentaban las lesiones cutáneas que hoy en día aparecen tan a menudo. Sí que es cierto que hay que lavar y enjabonar cada día las partes sucias de nuestro cuerpo, pero para el resto bastará usar solo agua. Tampoco se recomienda utilizar esponjas. Y tras el baño, una leche hidratante aportará bienestar y nos cuidará de cara a un futuro. Cuando nos hacemos mayores perdemos capacidad de hidratación de la piel, nos desengrasamos excesivamente y nos engrasamos demasiado poco. Además, beber agua ayudará a ampliar esa labor de hidratación de la piel.

Zonas delicadas de la piel

Hay partes del cuerpo que no contienen glándulas sebáceas y es mejor no aplicar productos de forma excesiva a la hora de realizar la higiene habitual. La cara, en cambio, es una parte del cuerpo que precisa ser lavada con jabón porque sí que contiene gran cantidad de ese tipo de glándula. La climatología, el sol o el viento también daña la piel de los labios. Mojarlos no contribuye en nada a su mejoría, sino todo lo contrario. Tanto para las zonas delicadas como para el resto del cuerpo existen productos específicos que ayudan a mantener la salud de la piel para que esté hidratada y sana.
Fuente: vivirmejor.com

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